Cinco tesoros del arte de México que están en otros países

Por Melissa Velásquez Loaiza

(CNN Español) — En su libro ‘México Insólito en Europa’ (2014), el investigador mexicano Miguel Gleason, tras un juicioso recorrido por museos cientos de ciudades, hace un recuento de un exquisito hallazgo cultural: lo más estrafalario del arte mexicano en el exterior.

Durante más de 15 años, Gleason viajó por 320 ciudades en Europa y documentó los miles de objetos que representan la herencia cultural de México que están en 450 museos, iglesias, bibliotecas, y organizaciones dedicadas al arte y la cultura del viejo continente.

De su colección fotográfica de al menos 9.000 piezas de arte mexicano en todo el mundo, su libro presenta 600 objetos de “lo más extraño, lo más estrafalario o insólito”, que según dijo Gleason, encontró en los museos de Europa.

Este miércoles el Gobierno mexicano hizo público que se opuso a una subasta en Francia de más de 100 piezas de arte precolombino, que dicen que hace parte de la herencia cultural de México.

Destacamos aquí cinco tesoros mexicanos que están en museos de Europa y que menciona Gleason en su libro.

Penacho de Moctezuma

Penacho de Moctezuma. (Crédito: Weltmuseum Wien).

Este tocado de plumas verde y azul con plumas de quetzal y más de 1.000 pequeñas placas de oro, pudo haber pertenecido al jefe azteca Moctezuma y está exhibido en el Museo de Etnología de Viena.

Este tocado se mencionó por primera vez en 1596 en un inventario del archiduque Fernando II del Tirol, que tenía en su haber una numerosa colección de armaduras y “maravillas naturales”, según el Museo. El penacho fue trasladado a Viena a principios del siglo XIX.

Existen en la actualidad solo siete objetos de arte plumario prehispánico, según el autor, y cinco de ellos están en Europa.

También, en el Museo del Hombre de París, se encuentra un artefacto que aunque no está comprobado que sea del emperador azteca, según Glaeson, fue marcado como el Cráneo de Moctezuma, y no está expuesto al público.

El penacho de Cuauhtémoc

(Crédito: Miguel Gleason)

Este penacho, que hace parte de la colección de Gleason, es para el autor quizá el objeto más “insólito” que descubrió en su investigación, pues aunque no se ha comprobado que haya pertenecido a Cuauhtémoc, de comprobarse que sea un objeto de arte plumario prehispánico, sería el octavo de la colección mundial. Está expuesto en el Museo de Quai Branly en París.

La serpiente azteca de dos cabezas

(Crédito: British Museum).

Esta pieza que data de entre los años 1400 y 1521, está hecho de madera de cedro y está cubierto de pedazos de conchas de ostras espinosas turquesa y roja.

Los mexicas consideraban que las serpientes eran criaturas muy poderosas y multifacéticas y “podían unir las esferas (el inframundo, el agua y el cielo) debido a sus características físicas y míticas”, dice la página del British Museum, donde está expuesta esta escultura. “Las serpientes también se asociaron con la fertilidad y el agua, debido al movimiento ondulante de sus cuerpos”.

La máscara de Quetzalcóatl

Esta estilizada máscara, que data de entre los años 1400 y 1521, representa dos serpientes entralazadas de mosaico azul y verde, que con sus cuerpos crean la nariz y ojos asociados a Tláloc, el dios de la lluvia. Estos mosaicos turquesa, de 18 centímetros de alto, están expuestos en el Museo Británico.

(Crédito: British Museum).

Nican Mopohua

Este manuscrito es un una versión de las apariciones de la Virgen María a Juan Diego, un indígena devoto de Cuautitlán, data de entre los años 1500 y 1600, según la Biblioteca Pública de Nueva York, donde se encuentra este documento.

(Crédito: NYPL.org)

“La gran importancia del Nican Mopohua… es su posible fecha de autoría”, dice la página de la Biblioteca Pública. “Los estudiosos sostienen que puede ser la primera versión escrita del cuento de Juan Diego y las apariciones en el cerro del Tepeyac. El manuscrito puede haber sido escrito por la mano de Antonio Valeriano (ca. 1531-1605) y por lo tanto es más cerca de la versión original de la narrativa de Juan Diego que los cuentos posteriores”.

“Es posible que el texto del Nican Mopohua puede relacionarse también con las tradiciones aztecas alrededor de Tepeyac, ya que fueron transformadas por el ritual católico en el siglo XVI”, agrega el sitio web.

En su libro, Gleason también da cuenta de otras piezas prehispánicas como la escultura azteca enterrada en Escocia, que fue descubierta por casualidad en una granja en Escocia en 1977, cuando un campesino estaba construyendo un camino y la descubrió. Al sacarla, relata Gleason, le dieron un “uso práctico” y la pusieron como espantapájaros, hasta que años más tarde fue llevada al British Museum, donde está expuesta.

También da cuenta del Cráneo de Moctezuma, que si bien fue marcado como tal, no está confirmado que sea el cráneo del emperador azteca. Está en el Museo del Hombre de París y no está expuesto al público.

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