El gobernador Evers defiende que no haya una política contra las relaciones entre supervisores y empleados

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MADISON, Wis. (TELEMUNDO WI) -- El Gobernador Tony Evers está defendiendo su oficina no tener ninguna política en vigor que prohíben las relaciones de trabajo entre los supervisores y el personal que trabaja bajo sus órdenes.

La Legislatura y muchos otros empleadores tienen directrices estrictas que prohíben este tipo de relaciones románticas, pero Evers dijo que no debe preocupar a nadie que su oficina no lo hace, a pesar de que algunos expertos creen que puede dar lugar a denuncias de acoso sexual, favoritismo u otras perturbaciones en el lugar de trabajo.

Nuestra estación hermana CBS58 preguntó a Evers por qué su oficina no tenía esas políticas en vigor después de que el Journal Sentinel informara por primera vez de que la jefa de gabinete de Evers, Maggie Gau, está saliendo con un empleado superior al que supervisa directamente.

"En primer lugar, tenemos que respetar los derechos de las personas con las que trabajamos", dijo Evers. "Me siento muy seguro de mi trabajo con este pequeño grupo de personas, 30 y pico personas, no es como cientos de cientos de personas que baso mi análisis en cuál es su valor para la oficina del gobernador en su rendimiento. No en con quién están casados, con quién no están casados ni nada".

"Creo que podemos salir adelante sin ningún tipo de cosa que invada la privacidad de la gente", dijo Evers. "Es tan sencillo como eso. No creo que sea necesariamente mi trabajo, ni el suyo, ni el de los medios de comunicación ni el de nadie [sacar a relucir] la orientación sexual y cosas por el estilo."

El artículo del Journal Sentinel no mencionaba en ningún momento el sexo o la identidad sexual del empleado implicado.

El gobernador también reiteró que no creía que la relación estuviera "creando un ambiente difícil" en su oficina después de que el informe mencionara que algunos empleados sentían que no podían plantear a Gau sus preocupaciones sobre su pareja.

"No lo creo", dijo Evers. "Nunca se me ha acercado ningún trabajador y estoy en la oficina con la suficiente frecuencia como para que me hayan podido decir que la gente tenía algún problema con ella".

Y añadió: "Conozco a las personas a las que atacan los medios de comunicación, y ambas son buenas trabajadoras. Aprecio que formen parte del equipo".

La Asamblea y el Senado están sujetos a directrices que prohíben las relaciones consentidas entre supervisores y subordinados.

La política establece que "las relaciones sexuales, románticas o íntimas entre personas en una relación de supervisor/subordinado que parezcan voluntarias y bienvenidas pueden, no obstante, constituir acoso sexual según esta definición".

Continúa diciendo que "las relaciones entre un supervisor y los empleados a los que supervisa pueden dar lugar a preocupaciones legales y éticas o a un conflicto".


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