MILWAUKEE, Wis. (TELEMUNDO WISCONSIN) -- A medida que las personas disfrutan del clima más cálido este verano, es importante que estén conscientes de los riesgos que conlleva el aumento de las temperaturas, especialmente en cuanto a cómo afectan el sistema gastrointestinal (GI). En este segmento hablamos con un experto de UW Health para ampliar esta información.
Como explica el Dr. Luis Lomelí, gastroenterólogo de UW Health, el calor desplaza el flujo sanguíneo hacia la piel para regular la temperatura, lo que reduce la circulación hacia el sistema digestivo y ralentiza la digestión, causando síntomas como indigestión, hinchazón y malestar estomacal.
La deshidratación, común en los meses calurosos, agrava estos problemas, provocando estreñimiento o diarrea. Los cambios en los hábitos alimenticios, como comidas irregulares, alimentos más pesados y un mayor consumo de alcohol, también pueden desencadenar reflujo ácido, acidez y dolor estomacal.
El verano incrementa el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos, ya que las temperaturas cálidas favorecen el crecimiento bacteriano, especialmente en parrilladas y picnics donde la comida permanece expuesta por mucho tiempo. Consumir alimentos contaminados puede causar vómitos, diarrea, fiebre, calambres y náuseas. Reconocer los síntomas tempranos es fundamental para garantizar un tratamiento oportuno.
Existen varios pasos que las personas pueden seguir para mantener una buena salud digestiva durante el verano:
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Mantenerse hidratadas: beber agua y consumir alimentos con alto contenido de agua (sandía, duraznos, pepino).
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Evitar lácteos pesados: helado, queso y mantequilla pueden causar molestias digestivas.
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Comer porciones pequeñas y equilibradas para no sobrecargar el tracto gastrointestinal.
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Añadir probióticos: incluir yogurt, kombucha o suplementos probióticos para apoyar la salud intestinal.
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Mantenerse activas: actividades como caminar y practicar yoga ayudan a la digestión y reducen el estrés.
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Practicar higiene alimentaria: mantener fríos los alimentos, lavarse las manos y cocinar bien las carnes.
Por último, se recomienda saber cuándo buscar ayuda médica. Si experimenta síntomas digestivos persistentes como indigestión, estreñimiento o diarrea que no mejoran o empeoran, es importante consultar a un profesional sanitario. Una intervención oportuna puede ayudar a prevenir problemas gastrointestinales más graves y a mantenerse saludable durante todo el verano.